La palabra chakra significa "rueda" y se refiere a los centros o vórtices de energía. Estos existen en el cuerpo sútil como energías dinámicas y nos pueden ayudar a entender la manera en que un ser humano procesa la energía dentro del juego de una existencia multinivelada. Cada uno de estos centros se asemeja a una flor abierta y posee ciertos colores que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona. Los chakras se describen alineados en una columna ascendiente desde la base de la columna hacia la parte superior de la cabeza y vitalizan el cuerpo estando asociados con la naturaleza física, emocional y mental. La función de los chakras es mantener esta naturaleza equilibrada.
Siete de los chakras corresponden a áreas del sistema glandular y el octavo corresponde al aura o campo magnético del cuerpo. Los tres primeros chakras se conocen como el triángulo inferior y el quinto, sexto y séptimo chakra se conocen como el triángulo superior. El cuarto chakra, es el centro energético del corazón y es el punto de equilibrio entre ellos. Es donde la experiencia cambia del "yo" al "Tú" o del "yo" a "Nosotros".
Ningún chakra es autónomo por sí mismo. Al explorar la anatomía yóguica, necesitamos cambiar nuestro entendimiento Occidental que analiza y separa, a un abordaje más holístico que reconozca que todo trabaja en unísono. Los chakras son parte de un ciclo mayor de evolución e involución, de manifestación y sublimación. El Triángulo Inferior se enfoca en la eliminación y en la reducción y se equilibra con los chakras del Triángulo Superior, los cuales acumulan, crean y refinan.
Los primeros cinco chakras se asocian con cada uno de los cinco elementos – tierra, agua, fuego, aire y éter – y con las cualidades que cada elemento representa. Los tres superiores corresponden a reinos más sutiles, por consiguiente, no existe ninguna correlación con los elementos.
El praana, la fuerza vital, potencia a los chakras al limpiar los bloqueos que existen en el flujo libre y natural de energía a través de ellos. Kundalini Yoga facilita esta limpieza, equilibrio y maximización del funcionamiento del cuerpo, la mente y del espíritu.
Los chakras afectan nuestras precepciones, sentimientos y decisiones. Afectan el flujo y tipo de pensamientos que tenemos y las energías que podemos reunir para realizar y manifestar nuestros pensamientos. En todo nuestro comportamiento, afectan la relación entre el consciente y el subconsciente. Abrir y equilibrar los chakras despierta los sentidos, y los integra en una red receptiva que puede relacionarse con el gran campo de energía original del cual venimos y al cual regresamos.
Siete de los chakras corresponden a áreas del sistema glandular y el octavo corresponde al aura o campo magnético del cuerpo. Los tres primeros chakras se conocen como el triángulo inferior y el quinto, sexto y séptimo chakra se conocen como el triángulo superior. El cuarto chakra, es el centro energético del corazón y es el punto de equilibrio entre ellos. Es donde la experiencia cambia del "yo" al "Tú" o del "yo" a "Nosotros".
Ningún chakra es autónomo por sí mismo. Al explorar la anatomía yóguica, necesitamos cambiar nuestro entendimiento Occidental que analiza y separa, a un abordaje más holístico que reconozca que todo trabaja en unísono. Los chakras son parte de un ciclo mayor de evolución e involución, de manifestación y sublimación. El Triángulo Inferior se enfoca en la eliminación y en la reducción y se equilibra con los chakras del Triángulo Superior, los cuales acumulan, crean y refinan.
Los primeros cinco chakras se asocian con cada uno de los cinco elementos – tierra, agua, fuego, aire y éter – y con las cualidades que cada elemento representa. Los tres superiores corresponden a reinos más sutiles, por consiguiente, no existe ninguna correlación con los elementos.
El praana, la fuerza vital, potencia a los chakras al limpiar los bloqueos que existen en el flujo libre y natural de energía a través de ellos. Kundalini Yoga facilita esta limpieza, equilibrio y maximización del funcionamiento del cuerpo, la mente y del espíritu.
Los chakras afectan nuestras precepciones, sentimientos y decisiones. Afectan el flujo y tipo de pensamientos que tenemos y las energías que podemos reunir para realizar y manifestar nuestros pensamientos. En todo nuestro comportamiento, afectan la relación entre el consciente y el subconsciente. Abrir y equilibrar los chakras despierta los sentidos, y los integra en una red receptiva que puede relacionarse con el gran campo de energía original del cual venimos y al cual regresamos.
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